
Tú, como siempre mirando más allá de mi, desarticulando cada una de mis palabras que chocan de frente con tus ojos que tienen un tono extraño.
A veces quisiera poder decirte lo mucho que me incomoda tu repentino acercamiento que viene acompañado con ese puñal que ahora llamamos "favor", siempre trás cada palabra bonita o llena de cariño hay ese algo que requiere de mi tiempo para que reemplace al tuyo.
Un día de estos alzaré la voz y bien dentro de mi cabeza escogeré los mejores improperios para arrojarlos frente a tu incanzable paz, desataré todas esas irás acumuladas en mi frente, por fin dejaré escaparar a todos mis malhumorados días en un minutos y ya preparada para gritar de seguro una de tus palabras se paseará bien cerquita de mi cara y lo único que atinaré a decir será: no estoy enojada. Me marcharé como siempre, con esa apatia que ya no se marchó de mi cara y esa mezcla entre amor y odio, entre desamor y abandono...
No hay comentarios:
Publicar un comentario