miércoles, 18 de septiembre de 2019

El Pirata

Cuando naufragaba, sin mas, llegó el pirata citadino y con un abrazo amistoso
acomodó los huesos de mi alma adulta y rota.
El pirata siempre tiene una sonrisa si se trata de bienvenidas,
siempre viste listo para navegar porque es un pirata de barcos gigantescos y busca tesoros
donde nadie encuentra nada.
Al pirata urbano, lo incorrecto lo vuelve esquivo y firme a sus principios de navegación,
arremete con honestidad las injusticias.
Una sola vez vi al pirata semejante a un náufrago,
triste, hambriento hasta el hueso de palabras,
famélico de tristeza. Ese día desancló y no lo vi
en varios días.
El pirata volvió y las risas se hicieron costumbre,
las conversaciones son perlas vírgenes y mis tristezas se opacan de tarde en tarde.

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