lunes, 18 de enero de 2016

Tanta parafernalia para decir adiós.
Una llamada telefónica,
el sonido al otro lado del teléfono esperando respuesta
¡bum! alguien responde
palabras entrecruzadas,
 un lamento disfrazado de confianza,
un mal entendido,
entendido por supuesto.
un par de garabatos y ¡bum! la llamada se corta,
algo intangible explota
Pensé que había sido mi corazón,
mas no lo fue, ¡bah! estoy sentada aquí escribiendo.
Tanta parafernalia para decir adiós
cuando todo lo que quería escuchar era un:
"estoy bien, en la librería"

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