sábado, 8 de junio de 2013

Me saqué el sombrero de la moral para abrazarte con romanticismo, abandoné mis zapatos para dejar de pisar la realidad, me tragué todo tu miedo para no sentirme patética, escribí mil veces esos papeles escondidos para decir, avergonzada que te quería. Me arriesgué, por una tontería pensé que te quería un poco más que a mi, te dije con mis ojos tristes pero con coraje de sangre que no esperaba nada de ti, pero mentí, olvidé la prudencia y supliqué disfrazada de ironía preguntándote si me querías. Sin titubear ni un poco me dijiste que ya no había pasión en tu vida, luego respondiste con palabras incómodas qué me apreciabas, me dolió. No espero nada, el coraje no sabe qué hacer con el miedo pero sigo esperando que me susurres, te quiero.

No hay comentarios: