La verdad las conversaciones de pasillo nunca fueron de todo mi gusto, ese tipo de conversación es como una mala introducción para un buen ensayo. Sin embargo hace poco, la conversación de pasillo se transformó en el momento para que me investiguen y yo pueda investigar profundamente, lo malo es que siempre cuando estoy a punto de saber algo interesante el pasillo se termina.
Las mañanas se vuelven bastante gratas cuando me sonríen o me hacen reír, si bien me sigo sintiendo incómoda supongo que me acostumbraré cuando tenga que irme.
He pensado en regalarle la canción del "Padre nuestro" cantada por el papa a ese señor extremadamente religioso, así deja de ser falsamente grato, supongo que por lo menos se sentirá pecador por ser falso, extremadamente calmo y de sonrisas poco gratas, espero algún día el pasillo le quede grande y sienta necesidad de expresar sus días malos y buenos y nadie tenga la calma de escucharlo.
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