lunes, 6 de junio de 2011

En su silencio está su adiós hace días, aun así he decidido callar...perdóname Dios si de verdad existes.

El problema es que esa idea sigue dando vueltas en su cabeza, cada desilusión se apodera de cada suspiro que le roba la vida. El problema es que ya no sabe como controlar todas esas dudas, esas tristezas y frustraciones. Estoy seguro que un día se volverá a abandonar y su recuerdo quedará olvidado en alguna memoria. Nada ha podido mejorarla, despertarla o tal vez aliviarla. Se despide de a poco desde hace algunos días. Yo sé lo que hará y estoy mudo para dejarla libre de todo lo que la rodea. Sé que está segura de hacerlo y que se ha demorado sólo porque siente miedo y sí, creo que es una cobarde y me alborotan las ganas de gritárselo para que despierte pero es inútil, tal vez hay que dejarla volar porque me ha confesado que ya no hay nada que hacer, sus metas están cerradas con un punto final y todo está decidido. No seré egoísta y la dejaré volar aunque en algún rincón de mi vida deje un espacio vacío y más de algún desconsuelo. Es hora de dejarla gritar para que ya no vuelva a despertar nunca más. Sé que es así como resolverá sus interrogantes y comprenderá que nunca nada es suficiente para ser feliz. Si Dios existe perdonará mi silencio y su falta de comprensión para seguir abriendo los ojos cada mañana. Ya no hay canción que logre despertarla, su decisión está tomada hace siglos, es su marca y su calma.

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