martes, 10 de mayo de 2011

Oficio de poeta

  • Los nervios se me adhieren al barro, a las paredes, abrazan los ramajes, penetran en la tierra, se esparcen por el aire hasta alcanzar el cielo. El mármol, los caballos tienen mis propias venas. Cualquier dolor lastima mi carne, mi esqueleto, Las veces que me he muerto al ver matar a un toro. Si diviso una nube debo emprender el vuelo, si una mujer se acuesta yo me acuesto con ella, cuantas veces me he dicho, seré yo esa piedra? nunca sigo un cadaver sin quedarme a su lado, cuando ponen huevos yo también cacareo, basta que alguien me piense para ser un recuerdo.

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