He recorrido el mundo entero
desde la soledad de mi cama
y oigo sangrar mis ojos nostálgicos torturándome
cuando un rayo indirecto de luz me arrebate tu amor
aunque jamás lo haya sentido.
Puedo rozar el eco de mi dolor
y callarlo en susurros inciertos.
Podré esconder los miedos
que sacuden desafiantes mis ganas de caer en tus brazos.
¡Ven, llevame!
y podrás sepultar mi insensata devoción por la nada.
Juzga mis palabras, mata el recuerdo vivo de no tenerte.
Regresa y cansate con mi espera
que se ahoga en tu ausencia.
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